El Observatorio Latino presentó un estudio sobre la participación de mujeres, trabajadoras sexuales y trans en los MCPs de Latinoamérica y el Caribe. Según los resultados, a pesar de que hubo avances, sigue existiendo un vacío en su representatividad.
Las agendas nacionales de sectores de mujeres, mujeres viviendo con VIH, trabajadoras sexuales y transgénero tienen poca visibilidad en las propuestas regionales de los Mecanismos de Coordinación País. Esa es la conclusión que alcanzó un estudio realizado por el Observatorio Latino con el apoyo de la Alianza Internacional y ONUSIDA.
El informe se realizó en 15 países de América Latina y el Caribe y reveló que sólo en Honduras y Surinám existe una representación de la población de mujeres específicamente, ya que en el resto de los países son representadas por colectivos, Organizaciones No Gubernamentales, redes de personas afectadas o sectores. Como consecuencia de esto, no se reflejan las necesidades específicas de las mujeres, que están vinculadas principalmente a la salud sexual y reproductiva, violencia de género y derechos humanos.
En el caso de trabajadoras sexuales y transgénero, el estudio demostró que en los últimos dos años ha habido un crecimiento significativo en la participación, aunque no suficiente. Este aumento se debe, en parte, a las recomendaciones del Fondo Mundial de incluir a las poblaciones vulnerables en los MCPs y, principalmente, al fortalecimiento de las organizaciones a nivel nacional y la incidencia conjunta realizada por las redes regionales.
Entre las barreras identificadas por el estudio, se destacan la falta de datos epidemiológicos, la dificultad de comprensión el funcionamiento del Fondo Mundial y sus mecanismos y la ausencia de una agenda que represente las necesidades específicas del sector. La exigencia de personería jurídica para formar parte de algunos MCPs también suele ser un obstáculo.
Flexibilizar los estatutos de los MCPs y abrir las asambleas, asegurar la participación efectiva de todos los sectores, desarrollar procesos participativos, mantener los liderazgos de las redes y facilitar la comprensión de los mecanismos; fueron algunas de las recomendaciones que esbozó el estudio.
En conclusión, habrá que fortalecer las capacidades de los movimientos y redes nacionales y regionales lograr instalar en las agendas de los MCPs las necesidades y realidades específicas que afectan a las mujeres. Este es un importante desafío que tendrán los MCPs de toda la región.
Alejandra Ruffo / Mirta Ruiz
Equipo de Corresponsales Clave – Asunción 10/12/09
El informe se realizó en 15 países de América Latina y el Caribe y reveló que sólo en Honduras y Surinám existe una representación de la población de mujeres específicamente, ya que en el resto de los países son representadas por colectivos, Organizaciones No Gubernamentales, redes de personas afectadas o sectores. Como consecuencia de esto, no se reflejan las necesidades específicas de las mujeres, que están vinculadas principalmente a la salud sexual y reproductiva, violencia de género y derechos humanos.
En el caso de trabajadoras sexuales y transgénero, el estudio demostró que en los últimos dos años ha habido un crecimiento significativo en la participación, aunque no suficiente. Este aumento se debe, en parte, a las recomendaciones del Fondo Mundial de incluir a las poblaciones vulnerables en los MCPs y, principalmente, al fortalecimiento de las organizaciones a nivel nacional y la incidencia conjunta realizada por las redes regionales.
Entre las barreras identificadas por el estudio, se destacan la falta de datos epidemiológicos, la dificultad de comprensión el funcionamiento del Fondo Mundial y sus mecanismos y la ausencia de una agenda que represente las necesidades específicas del sector. La exigencia de personería jurídica para formar parte de algunos MCPs también suele ser un obstáculo.
Flexibilizar los estatutos de los MCPs y abrir las asambleas, asegurar la participación efectiva de todos los sectores, desarrollar procesos participativos, mantener los liderazgos de las redes y facilitar la comprensión de los mecanismos; fueron algunas de las recomendaciones que esbozó el estudio.
En conclusión, habrá que fortalecer las capacidades de los movimientos y redes nacionales y regionales lograr instalar en las agendas de los MCPs las necesidades y realidades específicas que afectan a las mujeres. Este es un importante desafío que tendrán los MCPs de toda la región.
Alejandra Ruffo / Mirta Ruiz
Equipo de Corresponsales Clave – Asunción 10/12/09
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